Jeremías 18-22

El día de hoy lee los capítulos 18 al 22 de Jeremías.
Dios le pide a Jeremías ir a casa de un alfarero, en ocasiones Dios usa imágenes para hablarnos y la imagen del barro en manos del alfarero la iba a utilizar para decirle a su pueblo, que es Dios quien los tiene en sus manos.
Dejarnos moldear por Dios es lo mejor que podemos hacer, pero en ocasiones él tiene que empezar de nuevo con nosotros. O incluso resquebrajarnos por completo.
Las palabras que Jeremías traía de parte de Dios no eran agradables para el pueblo, el cual conspiró en su contra. Que difícil es dar mensajes que a los oídos de los escuchas son duros. Jeremías pide a Dios que lo proteja.
Pero también Jeremías intentó dejar de hablar de parte de Dios, lo cual le fue imposible de hacer. Él sigue adelante, pero entendiendo que Dios estaba con él como poderoso gigante.
Que necesario es cuando nos aferramos a nuestra rebeldía, que Dios nos detenga. Dios usa a un reino poderoso para traer su juicio sobre su propio pueblo, el castigo no es otra cosa sino la muestra del amor de Dios. El no iba a dejar que su pueblo continúe en ese camino que habían elegido, el camino de muerte.
Cuando peleamos contra Dios, nuestra única esperanza de éxito está en rendirnos.