Jeremías 35-37
Lee los capítulos 35 al 37 de Jeremías en nuestra lectura.
Dios hizo notar la obediencia de los recabitas para usarlos de ejemplo. Su decisión de oír y atender a las palabras de su padre Jonadab los hacía mantener su integridad, y demostraba el amor por su padre.
¿Cómo lo demostraron? Siendo puestos a prueba. Su padre Jonadab les había dicho que no tomaran vino, además de otras cosas, y cuando fue puesto vino frente a ellos, lo rechazaron.
Parece simple, pero en realidad es muy complicado. Y todos lo sabemos, ¿Cuántas veces cuando hemos sido tentados, hemos caído?
Aquellos que hemos creído en el Señor Jesús para salvación, hemos sido hechos nuevos y el Espíritu de Dios ha venido a morar en nosotros. Él nos fortalece para vencer. Él nos da la capacidad para decir: No.
Vivíamos esclavos del pecado, obedientes a el, y sin capacidad para negarlo, pero ahora es distinto. Hermano, echa mano de la bendición de tener a Su Espíritu en ti. Si estás cayendo constantemente, ven a Él y pídele que te fortalezca, que te de la capacidad para vivir de acuerdo a su voluntad.
En la porción de hoy, también tenemos el ejemplo contrario, Joacim rey de Judá rechazó la Palabra de Dios, hasta el punto de quemar el rollo donde estaba escrita. Y mandó encarcelar a Jeremías y a Baruc.
Cuidado con rechazar la Palabra, podrías llegar a intentar silenciar a quien la trae a ti.
Dios hizo notar la obediencia de los recabitas para usarlos de ejemplo. Su decisión de oír y atender a las palabras de su padre Jonadab los hacía mantener su integridad, y demostraba el amor por su padre.
¿Cómo lo demostraron? Siendo puestos a prueba. Su padre Jonadab les había dicho que no tomaran vino, además de otras cosas, y cuando fue puesto vino frente a ellos, lo rechazaron.
Parece simple, pero en realidad es muy complicado. Y todos lo sabemos, ¿Cuántas veces cuando hemos sido tentados, hemos caído?
Aquellos que hemos creído en el Señor Jesús para salvación, hemos sido hechos nuevos y el Espíritu de Dios ha venido a morar en nosotros. Él nos fortalece para vencer. Él nos da la capacidad para decir: No.
Vivíamos esclavos del pecado, obedientes a el, y sin capacidad para negarlo, pero ahora es distinto. Hermano, echa mano de la bendición de tener a Su Espíritu en ti. Si estás cayendo constantemente, ven a Él y pídele que te fortalezca, que te de la capacidad para vivir de acuerdo a su voluntad.
En la porción de hoy, también tenemos el ejemplo contrario, Joacim rey de Judá rechazó la Palabra de Dios, hasta el punto de quemar el rollo donde estaba escrita. Y mandó encarcelar a Jeremías y a Baruc.
Cuidado con rechazar la Palabra, podrías llegar a intentar silenciar a quien la trae a ti.