Jeremías 38-41
En nuestra lectura de hoy lee Jeremías 38 al 41.
El rey Sedequias es el ejemplo de temer al hombre y no a Dios. Sedequias había escuchado el mensaje de Jeremías fuerte y claro, pero no actuó en consecuencia, al contrario, bajo la presión de otros decide ignorar el mensaje.
Cuando decides ignorar el mensaje de Dios para ti por temor a aquellos que están a tu alrededor, que también decidieron ignorarlo, actuarán bajo su presión y terminarás enlazado.
Proverbios 29:25 dice: “El temor del hombre pondrá lazo. Más el que confía en Jehová será exaltado.”
Sedequías deja que metan a Jeremías en la cisterna, pero también deja a Ebed Melec librarlo. Para luego verse secretamente con Jeremías.
Pero no tuvo el coraje para creer y actuar frente a aquellos que no creían. Creer la Palabra de Dios puede hacer que enfrentemos situaciones así. Que Dios te de coraje para enfrentar esto. Cree y obedece a Dios.
Su incredulidad lo hizo huir de noche, pero fue tomado por el enemigo el cual lo hizo ver la muerte de sus hijos para después dejarlo ciego.
Ebed Melec confió en el Señor (39:18) y vivió. Un extranjero haciendo lo que el pueblo de Dios debió hacer: creer.
El rey Sedequias es el ejemplo de temer al hombre y no a Dios. Sedequias había escuchado el mensaje de Jeremías fuerte y claro, pero no actuó en consecuencia, al contrario, bajo la presión de otros decide ignorar el mensaje.
Cuando decides ignorar el mensaje de Dios para ti por temor a aquellos que están a tu alrededor, que también decidieron ignorarlo, actuarán bajo su presión y terminarás enlazado.
Proverbios 29:25 dice: “El temor del hombre pondrá lazo. Más el que confía en Jehová será exaltado.”
Sedequías deja que metan a Jeremías en la cisterna, pero también deja a Ebed Melec librarlo. Para luego verse secretamente con Jeremías.
Pero no tuvo el coraje para creer y actuar frente a aquellos que no creían. Creer la Palabra de Dios puede hacer que enfrentemos situaciones así. Que Dios te de coraje para enfrentar esto. Cree y obedece a Dios.
Su incredulidad lo hizo huir de noche, pero fue tomado por el enemigo el cual lo hizo ver la muerte de sus hijos para después dejarlo ciego.
Ebed Melec confió en el Señor (39:18) y vivió. Un extranjero haciendo lo que el pueblo de Dios debió hacer: creer.