Ezequiel 23-24

Lee Ezequiel 23 y 24 en nuestra lectura diaria
A través de la historia de dos hermanas, el profeta Ezequiel trae el mensaje de Dios a su pueblo en Babilonia. Estas dos hermanas representaban dos ciudades: Samaria y Jerusalén.
Así como una fue juzgada, la otra también lo sería. ¿Qué hacemos cuando vemos las consecuencias del pecado en otra persona?
No pensemos que a nosotros no nos pasaría igual, no concluyamos que nuestro pecado no tendrá consecuencias.
Necesitamos llorar por arrepentimiento, por nuestros pecados y no esperar hasta que el llanto sea por las consecuencias del pecado.
Hay una gran diferencia.
Ya había llegado el momento del juicio para Jerusalén y nada lo iba a detener. Por qué incluso la ejecución de ese juicio mostraría quien es el Dios de Israel a todo el mundo. Un Dios justo.
Para nosotros, aun hay tiempo para arrepentimiento, si te acercas con un corazón contrito, con un espíritu humilde a Dios, y pides perdón por tus pecados, Él está dispuesto a perdonar y limpiar tu maldad, pues Jesus ha liquidado la deuda en la cruz, aún hay tiempo.